martes, 9 de octubre de 2018

Mis viajes


Suelo quedarme horas delante de la pantalla, como prefiriendo la vida breve de las películas, y no ésta que me deja frente al papel en blanco sin una palabra que escribir en un artículo, una tesis o una breve reseña delos trabajos pendientes.
De ficciones o leyendas crecí entre las narraciones de las historias de tíos, tías, primos y libros; reconozco llevar una culpa inmensa de inventarme historias o de querer aventurarme en alguna osadía, unas veces de atrevida, otras de modo inexplicable.
De viajes, los primeros comenzaron por el divorcio de mis padres, luego vivir con mis abuelos, así cuando mi madre tuvo su casa, o con la primera larga beca de seis años, fuera de provincia.
Luego me quedó, algo así como un vicio, de escapadas ante malas experiencias, curiosidades por lugares exóticos de Cuba o el hecho de vacacionar con la familia, como hábito de la edad laboral interminable de mi madre, así que en vacaciones tenía el gusto de viajar a casa de mi familia, grande y dispersa por Cuba.
Leyendo, haciendo intentos de escribir, escribiendo los muchos caminos de mi inquieta mente; aun cuando me hice de este blog de viajes no he plasmado nada de ellos. Entre col y col, me propongo hacerlo a medias, poco a poco o de modo fortuito, ya veremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario